leucocitosis

Las alteraciones numéricas de la cifra de leucocitos o glóbulos blancos son causas frecuentes de consulta al hematólogo clínico. Se denomina leucopenia la disminución de la cifra normal de leucocitos y leucocitosis su aumento respecto a los valores considerados normales.

La leucopenia es una consulta frecuente que preocupa al paciente por la posibilidad de padecer una mayor susceptibilidad a las infecciones. En esta situación, la valoración de la cifra de granulocitos neutrófilos, es decir, del tipo de leucocito responsable de la defensa antibacteriana, es primordial. La gran mayoría de pacientes que consultan por este motivo presentan una cifra de granulocitos neutrófilos algo disminuida o neutropenia, pero suficiente como para no padecer mayor susceptibilidad a las infecciones. El hematólogo valora las posibles causas de leucopenia y neutropenia que, en general, acostumbran a ser benignas.

La leucocitosis puede ser expresión de una infección, de un tratamiento farmacológico con corticoides, del tabaquismo o de una enfermedad tumoral de la sangre, entre otras causas. En el primer caso, el aumento obedece a una reacción del organismo frente a una infección bacteriana, aunque, en ocasiones, una infección de origen vírico puede producir el efecto contrario o leucopenia.

El tratamiento con fármacos o preparados que contengan corticoides puede ocasionar una leucocitosis neutrofílica. En este caso, la identificación del fármaco proporciona el diagnóstico. El tabaquismo puede producir en un número variable de fumadores una leucocitosis con aumento de los granulocitos neutrófilos (leucocitosis neutrofílica).

Una consulta relativamente frecuente es el aumento de la cifra de leucocitos a expensas de la cifra de linfocitos, las células responsables de la defensa contra las infecciones víricas. La linfocitosis o aumento de la cifra total de linfocitos puede observarse en el curso de infecciones por virus como el Epstein-Barr (el más frecuente en la mononucleosis infecciosa) o de otros virus, aunque también pude ser un hallazgo indicativo de una enfermedad crónica de la sangre.

El aumento persistente de la cifra de leucocitos puede representar la primera alteración indicativa de una leucemia. Cuando existe sospecha de esta posibilidad, el hematólogo valora la existencia de adenopatías (ganglios linfáticos aumentados de tamaño) o de esplenomegalia (aumento del tamaño del bazo), la descripción del aspecto de los leucocitos en la revisión microscópica del frotis sanguíneo y los síntomas que refiere el paciente.

De acuerdo con esta información básica, se procede a solicitar un análisis de las características inmunológicas de los leucocitos y, de forma frecuente, un examen de médula ósea, juntamente con el análisis de diversas mutaciones genéticas que con el resto de los resultados permiten establecer el diagnóstico. En general, la mayoría de las leucemias son de tipo crónico, muchas de ellas sin síntomas y que se diagnostican a consecuencia de un análisis realizado por otros motivos de salud (controles rutinarios), en contraposición a las leucemias agudas, que muy frecuentemente causan un deterioro importante en el estado general.

Es importante explicar al paciente que el diagnóstico requiere exploraciones y análisis secuenciales y, por tanto, exige un tiempo. Es imprescindible disponer de un diagnóstico de certeza que permita llevar a cabo un diagnóstico seguro para poder establecer un pronóstico y tratamiento adecuados.